Agosto 2015. Estabamos en Paris, a unos metros del Moulin Rouge y la plaza Pigalle, delante del portón de un teatrito llamado “Le Bout”. Tenía capacidad para 40 personas, y tenía una escuelita de humor. Se generaba un clima hermoso en ese espacio. Yo, Kristof, quería que mi novia, Maio, lo pudiera sentir.