Subí al escenario por primera vez en diciembre 2009. Era la muestra del curso que había hecho con Natalia Carulias en el Centro Cultural Rojas. Estaba muerto de nervios. Mis compañeros todavía me cuentan lo pálido que me veía.
Siempre habia sentido terror al hablar en público. Fue una de las razones por la cual no ejercí como abogado a pesar de tener el título: el miedo de hablar delante de un juez, fiscales, otros abogados y el público en general.
Paralizado por el miedo, toda la semana anterior a la muestra no había podido pensar en otra cosa.
No podía trabajar, no podía comer, no se me paraba… naaa, chiste, siempre puedo comer. Después de decir mi primer chiste hubo un silencio de uno a dos segundos… ¡y el público estalló… por suerte!
Lo supe desde la primera vez que subí al escenario en el curso cuando hice reír a mis compañeros: Quiero dedicarme a eso, a hacer reír a la gente.
Ahora, ocho años y más de mil shows más tarde, todavía me pongo nervioso antes de actuar (por suerte solo dos minutos y no una semana) y sigo pensando y sintiendo lo mismo: ¡hacer reír es lo más lindo que hay! – Kristof Micholt