Soy de la ciudad de Brujas
Brujas,
soy de Brujas,
nací en Brujas,
soy hincha del Circulo de Brujas,
cuando me preguntan de donde soy, digo con orgullo: «De Brujas.»
Pero no volvería a vivir en Brujas,
¡nunca!
«¡Kristof, no digas nunca, nunca!»
Nunca.
Brujas es conocida como la Venecía del Norte,
por sus canales
y el aspecto medieval de las casas.
Es una ciudad hermosa,
cada año aprecio más su belleza,
pero no volvería a vivir en Brujas,
¡jamás!
¿Ya lo dije?
Cuando camino por Brujas,
fuera de las dos calles principales,
no puedo evitar de pensar en…
la muerte.
Es dificil explicar porque…
tiene que ver con las calles angostas, la historia sangrienta y la oscuridad.
Especialmente en invierno cuando oscurece a las 4 de la tarde…
Los días se hacen muy cortos.
Y el invierno en Brujas es muuuuy largo…
Por algo Brujas se hizo conocida por la novela,
«Brujas la Muerte» del año 1892,
del escritor Georges Rodenbach.
En el libro la muerte es un personaje más,
eso fue algo muy novedoso.
Se hizo popular en Francia,
a partir de ahí comenzó el turismo.
Por eso hay una estatua del escritor en Brujas.
Brujas recibe 6 millones de turistas por año
pero solo viven 50.000 personas.
Es una ciudad chica,
la mentalidad también es chica.
Por eso,
no puedo vivir allí.
Es una ciudad soñada para visitar dos, tres días.
Pero no es un lugar para vivir,
por lo menos no para mí.
El Belga Kristof
Soy el dueño de Stand Up Club, soy comediante y doy clases de Stand Up. Vivo en Argentina hace casi 20 años.
No sé si viviré el resto de mi vida en Argentina. Hoy por hoy te diría que sí pero quién sabe que puede pasar en el futuro.
«¡Brujas, soy de Brujas, nací en Brujas, soy hincha del Círculo de Brujas! Cuando me preguntan de dónde soy, digo con orgullo: ‘De Brujas.’ Pero no volvería a vivir en Brujas, ¡nunca! ‘¡Kristof, no digas nunca, nunca!’ Nunca.»
Brujas, conocida como la Venecia del Norte, deslumbra con sus canales y su aspecto medieval. Es una ciudad hermosa, y cada año aprecio más su belleza. Sin embargo, no volvería a vivir en Brujas, ¡jamás! ¿Ya lo dije?
Cuando deambulo por Brujas, más allá de las dos calles principales, no puedo evitar pensar en… la muerte. Es difícil explicar por qué. Quizás sea por las calles angostas, la historia sangrienta y la oscuridad, especialmente en invierno cuando oscurece a las 4 de la tarde. Los días se hacen muy cortos, y el invierno en Brujas es muuuuy largo…
No es de extrañar que Brujas se haya hecho famosa por la novela «Brujas la Muerte» de 1892, escrita por Georges Rodenbach, donde la muerte es un personaje más. La obra se popularizó en Francia, lo que impulsó el turismo y llevó a la instalación de una estatua del autor en Brujas.
A pesar de recibir 6 millones de turistas al año, Brujas solo cuenta con una población de 50.000 habitantes. Es una ciudad pequeña, con una mentalidad también pequeña.
Por eso, no puedo vivir allí. Es un lugar soñado para visitar durante dos o tres días, pero no para residir, al menos no para mí.
Brujas es una ciudad encantadora para turistas, pero su ambiente no encaja con mi estilo de vida.
Si bien admiro la belleza de Brujas, prefiero vivir en lugares más grandes y vibrantes, donde pueda experimentar una mayor diversidad cultural y oportunidades.
Por otro lado, no se puede negar el encanto de Brujas en términos de arquitectura. Los edificios históricos, con sus fachadas de ladrillo y tejados inclinados, transportan a los visitantes a épocas pasadas. Cada esquina parece sacada de un cuento de hadas, lo que hace que pasear por las calles sea una experiencia mágica.
Además, la rica historia de Brujas se refleja en sus numerosos museos y sitios históricos. Desde el famoso campanario Belfort hasta la impresionante Basílica de la Santa Sangre, hay mucho que explorar y descubrir en esta encantadora ciudad belga.
Sin embargo, a pesar de su belleza y su patrimonio cultural, Brujas puede resultar un tanto tranquila para algunos. Para aquellos que buscan la emoción y el bullicio de una gran ciudad, puede parecer un destino un poco apacible. La vida nocturna es relativamente tranquila, con pocas opciones de entretenimiento más allá de los restaurantes y bares tradicionales.
En resumen, Brujas es una ciudad que cautiva con su belleza y su historia, pero puede no ser el lugar ideal para todos. Para algunos, es el destino perfecto para unas vacaciones cortas, mientras que para otros, puede ser un lugar encantador para vivir. Al final, la decisión depende de las preferencias personales y del estilo de vida de cada uno.