Un local para Teatro Independiente
Para que un local sea apto para abrir un Club de Comedia en Buenos Aires, tiene que cumplir las condiciones de un teatro independiente, entre ellas: tener una cantidad mínimo de superficie.
Tampoco tenía un presupuesto muy importante para mi sueño «Stand Up Club».
Un Primer piso o sótano para Stand Up Club
Rápido me di cuenta que tendría que ser un subsuelo o primer piso, porque los shows de Stand Up son los viernes y sábados a la noche.
No es como el café, que podés vender de la mañana a la noche, de lunes a domingo.
Casi terminamos en Avenida Corrientes
Casi compramos un teatro por Avenida Corrientes, a pocos metros del Paseo la Plaza, en un sótano.
Negociamos, llegamos a un acuerdo, y de repente el dueño se retractó, se arripintió.
Nunca supe porque.
El teatro sigue existiendo y sigue siendo del mismo dueño.
Seguí con la búsqueda.
Lo bueno es que te volvés cada vez más eficaz. Con ver las fotos, la descripción y un par de llamados por teléfono, podía saber si servía o no.
Parecía casi perfecto
Descartaba lugares, siempre había algo que no encajaba.
Hasta que ví uno, que parecía casi perfecto, estaba en venta y en alquier.
Llamé y me dijeron que recién se había alquilado, esa misma mañana.
Me quería matar.
Insistí todo lo que pude
Volví a llamar, varias veces, insistía…
Hasta ofrecí comprar el lugar, respetando los dos años de contrato de alquilar.
Como era tan dificil encontrar un lugar, estaba dispuesto a esperar dos años más.
No había caso.
Necesitaba pasar a otra cosa
Necesitaba ver el lugar, para por lo menos encontrar una falla y poder pasar a otra cosa, sacarmelo de la cabeza.
Pasé por la puerta y justo estaba saliendo el inquilino.
Me dijo que estaban poniendo una peluquería.
Le dije que me quería cortar el pelo.
No se podía porque estaba saliendo agua del piso…
El tipo estaba a las puteadas.
Vi mi oportunidad.
Había que insistir
Volví a llamar un par de veces a la inmobiliria y la tercera vez me confirmaron que se había rescindido el contrato de alquiler y que la propiedad estaba de vuelta en venta.
No me importaba la perdida de agua.
Lo iba a resolver.
Por el precio que pedían, estaba bien.
Ofrecí un poco por debajo de lo que pedían, y aceptaron.
Finalmente era dueño del local después de un tremendo susto
Me pegue un susto durante la escritura, cuando el escribano -tremendo boludo- dijo que a ese precio lo compraba él. Se ve que no había leido el acta antes de ir a la escritura, confiando todo a su asistente.
Me pareció un chiste soberbio, sobrado y muy desubicado. La asistente y yo, casi en simultaneo, gritamos: «¡Es un sótano!»
Por miedo de que los vendedores se iban a retractar.
Por suerte no cambiaron de opinión, y la operación se hizo, sin más problemas.
Yo era dueño del local, que se convirtiría en Stand Up Club.