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10 Claves de la actuación en Stand Up

la actuación en Stand Up

¿De qué trata?

En este artículo, desvelamos cómo hacer una actuación en Stand Up exitosa 

¡y que tu público te aclame al terminar el show!

Vas a aprender cómo calentar al Público, lograr que la gente entre en clima antes del show y generar un comienzo explosivo.

Además te explicamos el comienzo de la actuación, la forma de actuar Stand Up y probar material nuevo. Como plus descubrirás como vencer el miedo a subir al escenario o miedo Escénico y consejos prácticos para reducir el miedo en la actuación.

¡Prepárate para ser un showman en el escenario y hacer reír a carcajadas!

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¿Cómo lograr que la gente entre en clima antes del show?

  Hay formas para lograr que, cuando subas al escenario, la gente te escuche y te mire desde el primer momento. ¡Valen oro!
 

METERTE EN EL PÚBLICO 

En un lugar donde no se conoce muy bien todavía lo que es el Stand Up, se puede hablar con gente del público antes del show, mesa por mesa. Te anunciás como el presentador y podés contar un poco lo que va a pasar. Así la gente se va soltando y va poniendo su atención en el show. Si lo hacés de forma simpática y humilde, podés tener una ventaja enorme cuando arranca el show. La gente siente que ya te conoce y va a poner la mejor onda para que te vaya bien.
 

ANUNCIAR EL SHOW

 
Unos minutos antes del show se puede informar al público que el show está por arrancar. Se puede hacer desde el escenario o con voz en off. En ese momento se puede ir bajando la luz, no del todo pero sí algo. Así el público se va mentalizando que el show está por arrancar y va redondeando sus conversaciones. Y muchos de los que no están mirando el escenario, se acomodan para hacerlo. Lo puede hacer el presentador mismo pero lo ideal es que lo haga otra persona (otro comediante, el productor).
 

¿Cómo generar un comienzo explosivo en el show?

Para que un show arranque con todo, hay que generar endorfinas en el público. Se sienten como calor en el pecho. Lo genial es que son contagiosas: endorfinas generan más endorfinas.

Cuando la gente está en frío es muy difícil generar endorfinas con chistes porque la risa no se puede pedir, no se puede forzar. Por suerte, hay muchas otras formas de lograr lo mismo: se puede poner música energética o pedir aplausos, gritos o movimientos al público. Veamos las diferentes formas más en detalle.

LA IMPORTANCIA DE LA MÚSICA

Es fundamental abrir el show con música energética. Es la señal para el público de que el show va a comenzar, y genera endorfinas.

Para dejar bien en claro que el show arranca lo mejor es poner música tranquila antes, y cuando está por arrancar, poner una canción bien arriba. Si el presentador se da a conocer (ahora vemos cómo se hace), se pone la música energética enseguida después de la presentación y hasta que el comediante comience a hablar.

OBSERVAR AL PÚBLICO ANTES DEL SHOW

La energía de tu entrada tiene que ser acorde a la del público para generar sintonía con la gente. Si la gente tiene energía alta, entrás con energía alta. Si está tranquila, entrás más tranquilo para después llevarla a una energía más alta. Si no respetás la energía de la gente, vas a generar una desconexión muy fuerte.

Entonces, antes del show, te conviene observar a la gente y sentir la energía para anticipar tu entrada. Tenés que preguntarte cómo está la gente, «¿Está tranquila? ¿Enérgica? ¿Está hablando en voz alta o en voz baja? ¿Se ríe o está más bien en silencio?».

Observar a la gente antes del show también sirve para anticipar posibles dificultades. ¿Hay alguna persona que pueda generar problemas? ¿Alguien está borracho? ¿Hay chicos? Y también sirve para ver qué tipo de material te conviene hacer y cuál no: ¿qué edad tiene la gente? ¿Son más bien parejas o grupo de amigos? ¿Alguien llama la atención?

PRESENTAR AL PRESENTADOR

La ventaja de esta presentación es que facilita mucho el trabajo del presentador. Genera que la gente comience a aplaudir (y sienta endorfinas), se calle y preste atención al show antes de que el presentador tenga que hacer algo.

Para hacer la presentación, se apagan las luces de la sala, se prenden las del escenario y se puede decir por ejemplo: “Buenas noches, damas y caballeros. Bienvenidos a (nombre del lugar/show). Vamos a arrancar con el show así que les pido un muy fuerte aplauso para el presentador de esta noche: el Sr./Sra./Srta. …”. Al final del anuncio se pone la música enérgica bien fuerte.

LA VOZ EN OFF

La presentación puede hacerse desde el escenario, pero lo ideal es con voz en off, especialmente si lo hace el presentador mismo, porque es raro que suba y vuelva a aparecer unos segundos después (a menos que busque ese efecto gracioso). También se puede tener una presentación grabada (hecha por el presentador mismo o, por ejemplo, por un locutor). Conviene llevarla en el celular o en un pendrive (memoria USB).

Se pueden agregar otras cosas en este anuncio, como un chiste, temas de seguridad (dónde están las salidas de emergencia), alguna información sobre el presentador, un chiste sobre el presentador, pedir que apaguen los celulares, que no se permite hablar durante el show… tampoco conviene hacerlo demasiado largo.


El comienzo de la actuación

La actuación arranca a partir del momento en el que el público ve al comediante y no cuando este tiene el micrófono en la mano. Muchos comediantes novatos suben al escenario y se dirigen hacia el micrófono como si fueran Usain Bolt, ignorando por completo al público. Es un error.


¿QUÉ HACER EN EL TRAYECTO ENTRE SUBIR AL ESCENARIO Y LLEGAR AL MICRÓFONO?

El comediante tiene que hacer contacto con el público lo antes posible. Es raro para los espectadores cuando un comediante actúa como si ellos no estuvieran. Entonces, hay que hacer contacto visual y también, aunque no sea tan necesario, se puede saludar o gritar algo (si tenés una voz potente o si la sala es chica). Hacer contacto desde el principio también evita que el público se ponga a pensar en otra cosa, a mirar sus celulares, a hablar entre ellos.


Hay que aprovechar el envión de la música y del hecho de aparecer en el escenario. La gente siempre está contenta de ver una cara nueva en el escenario, ya sea porque le fue bien al comediante anterior y siguen en esta energía, o porque no le fue tan bien al anterior y renuevan sus esperanzas. No dejés que baje la energía ignorando al público.


¿SE PUEDE BAILAR?

Algunos comediantes bailan antes de comenzar su monólogo. Está bueno, siempre y cuando sea parte de la rutina. ¡O sea, tiene que generar una risa! Puede ser por el baile en sí o por un comentario después de la performance. Bailar por bailar es raro. No importa si bailás bien o mal. Es un show de Stand Up: la gente pagó una entrada para reír, no para ver un baile.

Parece que algunos lo hacen porque no saben cómo comportarse mientras la gente aplaude. Hay que bancarse los aplausos y mirar al público. También es así al final del show: no se puede salir corriendo. Hay que saber recibir los aplausos.


GARANTIZAR UNA RISA EN EL PRIMER CHISTE

Como ya aclaramos antes, es muy importante generar una risa en el primer chiste, tanto para el público como para el comediante. Ambos se tranquilizan y se relajan. Por eso es fundamental arrancar con uno de tus mejores chistes. Lo ideal es que tu primer chiste funcione. Pero si no es así, el público también se puede reír con un remate salvador diciendo simplemente: “Sí, este chiste no es gracioso”. En el 99% de los casos el público se va a reír. Conviene ensayar el monólogo con eso (obviamente si la gente se ríe, no se dice en el escenario).


Ganarse al público

Hay varias formas de ganarse al público. Se puede hacer, por ejemplo, a través de la simpatía, el carisma, la vulnerabilidad, la autenticidad (ser sincero con tus sentimientos y opiniones), el coraje (animarse a decir lo que muchos solo se animan a pensar), la inteligencia. En la mayoría de los casos, será una mezcla de todas estas cosas.

Para ser simpático no hace falta necesariamente decir cosas simpáticas, la forma es más importante. Con una sonrisa, se pueden decir muchas cosas. Lo importante es no generar adversidad en el público.


BURLARSE DE UNO MISMO


La forma más segura para ganarse al público de entrada es la burla a uno mismo. Al comediante le funciona mejor hablar en primera persona, siempre sobre experiencias propias. Cuando el comediante muestra humildad y autocrítica, genera mucha simpatía y conexión. Se puede lograr apropiándose de la parte ridícula de los chistes. Por ejemplo, para hablar sobre la reacción de la gente que se cae en la calle, conviene que el comediante cuente más sus reacciones raras y tontas, y no tanto las de los demás. Cuando un comediante sí se burla de otros, es importante que el chiste final siempre caiga en él.


SER AUTÉNTICO Y MOSTRAR VULNERABILIDAD

El público aprecia mucho la honestidad y la vulnerabilidad. Cuando un comediante se anima a hablar sobre temas que le dan vergüenza, tiene al público de su lado. Así, además, el Stand Up se vuelve terapéutico, tanto para el comediante como para el público.


EL STAND UP PUEDE SER TERAPÉUTICO, PERO NO ES TERAPIA

No hay que confundirse, hacer Stand Up y hacer terapia no es lo mismo. Para hacer Stand Up, no alcanza con revelar las intimidades más vergonzosas. Siempre tiene que haber un chiste. El público aprecia mucho cuando un comediante se muestra vulnerable, pero si es solo eso, termina siendo patético y aburrido.

 

Ícono del Stand Up: Amy Schumer

Amy Schumer es una mujer real y luchadora que hace humor expresando siempre su derecho de comportarse igual que los hombres: 

“Sé que puede sonar que soy un poco puta, pero solo estuve con cuatro personas. Fue una noche rara”. 

Parece que hay pocas cosas que ella no haría, y ninguna por la cual siente vergüenza. 

Cuenta todas sus experiencias y chistes con detalles que otras personas no se animarían a dar. El siguiente chiste es típico de ella: 

“Finalmente dormí con mi amor de la secundaria. Pero ahora él espera que lo acompañe a su fiesta de graduación. ¿Cómo puedo saber a dónde voy a estar en tres años, no?”. 

Su persona escénica es fuerte y simpática.

 

La forma de actuar Stand Up

La forma de decir las cosas es muy importante en el humor. Muchas veces decimos de un comediante: “No es tanto lo que dice sino cómo lo dice”. Y eso tiene que ver con la actuación.

El Stand Up tiene la forma de una charla entre amigos. Al público tenés que hablarle como si estuvieras contando una anécdota a tus amigos: relajado y distendido. No es teatro ni televisión. El comediante está en vivo con la gente delante de él. Hay que mirarla a los ojos y hablarle directamente, de forma natural. Si no, el público siente que el comediante solo viene a recitar su texto y no hay conexión. Pierde interés y baja la atención.

PARECE FÁCIL ACTUAR PERO….

Parece fácil pero no lo es, porque el escenario no es un ambiente natural para nadie al principio. Significa pararse en un lugar más alto, delante de un público desconocido y tratar de hacerlos reír. Por eso es tan importante actuar mucho, subir la mayor cantidad de veces que se pueda al escenario para que se vuelva parte tuya.

El tiempo y la experiencia en él nos hacen sentir cada vez más cómodos allí arriba. A veces un/a comediante puede lograr risas sin conexión, pero poco después del show el público se habrá olvidado de él/ella.

LA COMUNICACIÓN ALEGRE

La comunicación alegre es el aspecto más importante de la actuación en el Stand Up. La vida de un comediante puede estar llena de angustia, pero no sufre en el escenario. En ese momento está feliz de poder hablar de sus problemas. Es como cuando algo malo te pasa en la vida y no podés esperar hasta llamar a alguien y decirle: “¡No vas a creer lo que me pasó recién!”. Sin eso, no importará mucho la calidad del material ya que la actuación siempre será tibia.

Cuando un comediante habla sobre lo deprimido o lo enojado que está, el público no lo ve en ese estado, ve que cuenta eso con entusiasmo y alegría. Comunicación alegre no significa que el comediante sea alegre, porque un comediante alegre es una contradicción. Significa que el comediante es feliz de tener la oportunidad de hablarle al público sobre sus problemas.

ESTADO DE ÁNIMO

El estado de ánimo del comediante es contagioso. El público siente lo que siente el comediante. Cuando un comediante está alegre, el público se pone alegre, y al revés. Entonces para que el público la pase bien en un show, el comediante la tiene que pasar bien en el escenario. Es lo que tienen las artes escénicas.

Es como cuando mirás una película, podés llorar o explotar de risa, aunque veinte minutos antes tu estado de ánimo haya sido totalmente diferente.

Si el público siente que el comediante sufre lo que está contando, se pone incómodo y sufre con él. Eso no significa que el comediante no pueda mostrar emociones consideradas negativas, como el enojo, la vergüenza, el miedo. Se mete dentro de ellas para demostrar un momento o una situación, y lo hace de forma controlada: entra y sale cuando quiere (en general en los actings). Si al principio los nervios no te permiten disfrutar de estar en el escenario, ¡hay que fingirlo!

Por último, comunicación alegre no significa que el comediante se ríe de sus propios chistes. Esto en general no queda bien, aunque hay excepciones.


RITMOS Y PAUSAS

Los ritmos y las pausas son muy importantes en el humor. El texto y la estructura pueden estar perfectos pero si no dejamos una pausa en el momento indicado, la gente no se ríe. ¿Cómo hacerlo? Es algo muy difícil de transmitir y cambia de un chiste a otro. El escenario es el lugar donde aprendemos a sentir los ritmos y las pausas con el público. 

No todos los públicos quieren o necesitan la misma velocidad. Hay shows donde conviene hablar más rápido y otros más pausado. También se aprende con experiencia.

Basta con ver videos de comediantes conocidos en sus inicios y compararlos con los más recientes. En general la diferencia es enorme. Los más frenéticos se calman y hablan más lento y pausado y los estáticos se sueltan y se energizan.

Lo que sí es más fácil de aprender es dejar una pausa cuando la gente se ríe. En general, pasa después de un remate pero también puede ocurrir inesperadamente en otro momento. En ambos casos hay que hacer lo mismo: parar de hablar hasta que la risa casi se apague. No hay que dejar que se apague por completo porque de lo contrario se genera un momento muerto. Si el comediante habla cuando hay risas, el público no escucha lo que dice y pierde el hilo. Por miedo de que vuelva a pasar, pueden dejar de reírse del todo.


EL CUERPO

Preferentemente, los movimientos del cuerpo deben ser naturales. Para hacer Stand Up no hace falta aprender a actuar. Ya lo dije antes: la mejor forma es tratar de sentir las emociones del chiste, enfocarse en ellas y dejar que el cuerpo siga. No estés pensando qué hacer con tu cuerpo, dejá que el cuerpo siga tus palabras y tus emociones. Obviamente, si el comediante tiene habilidades de actuación, clown, acrobacia y lo puede integrar a su Stand Up, es un plus enorme.


CÓMO TIRAR UN REMATE

Un remate se dice con convicción. Se te ocurrió, lo pensaste, lo escribiste, ahora tenés que defenderlo y decirlo con confianza.

Y si no se siente, tenés que fingirlo. Si el comediante no cree que puede ser gracioso, la gente tampoco lo va a creer. No significa que haya que gritar los remates (para nada), pero sí decirlos con la intensidad de la emoción que acompaña al chiste, con la actitud.

Muchos bajan la voz y miran hacia abajo cuando llega el remate. Hay que hacer lo opuesto, por más difícil que sea. Si tus nervios son tan obvios (tiembla tu cuerpo y tu voz) que el público los puede percibir, lo mejor es hacer un par de chistes sobre esa falta de seguridad en uno mismo. Como se nota, no habrá que ni actuarlo y será auténtico. Con las risas, el comediante va tomando confianza y va a poder actuar cada vez con más seguridad.


NO SE PIDE PERMISO

Un comediante no pide permiso al público para hablar sobre algún tema. Es libre de elegir de qué quiere hablar y lo tiene que imponer con la actitud de “¡Esto es lo que tengo para decir, ahora escúchenme!”.

Algunos comediantes parecen pedir permiso haciendo preguntas, veamos algunas: “¿Alguien más fue de viaje a Europa?”, esperando que alguien diga que sí para hablar de eso. Esa pregunta solo sirve para generar una interacción verdadera con el público, y si solo es para obtener un “sí” o un “no”, es como querer obtener la aprobación del público sobre el contenido de su monólogo.

Otra frase típica para pedir permiso es: “¿Alguien más piensa que…?”. Cuando no hay alguien que piense lo mismo o alguien que reaccione y el comediante hace su material igual, pareciera que le importara muy poco lo que pensara el público. Si lo va a hacer igual, ¿para qué pedir permiso?


ACTUAR UN CHISTE TONTO

Cuando un comediante hace un chiste considerado tonto, infantil o fácil, lo tiene que asumir demostrando que lo sabe.

De lo contrario, no funciona y el público se desconecta. Pasa mucho con los juegos de palabra y literalidad. Yo tengo por ejemplo el siguiente chiste: “Me encanta vivir en Argentina porque acá soy especial. Acá digo que soy de Bélgica y a la gente le parece interesante. Allá digo lo mismo y me dicen: ‘Y… yo también soy de Bélgica”. Este chiste solo funciona si hago saber al público que sé que es un chiste tonto (en general con la expresión de mi cara).


CUANDO HAY POCO PÚBLICO

Llegar a un show y descubrir que hay poco público nos pone mal. Es perfectamente entendible. Estuvimos escribiendo, trabajando y ensayando el material, y ahora hay que actuar para seis personas. A todos nos pasa de llegar a un show y que haya poco público (menos de quince personas). Hay que saber que en este caso, la gente no se ríe tan fuerte. No necesariamente quiere decir que no la está pasando bien.


FACTORES QUE INFLUYEN CUANDO HAY POCA GENTE

Los factores que hacen que sea más difícil generar un buen clima y hacer reír cuando hay poca gente son:

~ La gente está más expuesta: no se anima a reírse tan fuerte por miedo a que los demás puedan identificar de quién es la risa (mucha gente tiene vergüenza de su propia risa) y también sienten que el comediante los puede ver mucho más (y no pueden desaparecer dentro del público como cuando hay más gente).

~ La gente puede pensar que el show no será gran cosa (ya que hay tan poca gente).

~ Falta la fuerza contagiosa de la risa. Si un chiste funciona menos o no funciona, no necesariamente quiere decir que es un mal chiste.

~ Cuando hay poca gente, el comediante puede ver exactamente quién se ríe y quién no. Cuando hay muchísima gente y la mitad no se ríe, el comediante ni lo nota. Por eso es mucho más fácil actuar para cien personas que para diez, y para 500 es más fácil todavía.

Conviene interactuar más con el público cuando son pocos. Vas a lograr que se relajen y se conecten rápidamente con vos. Lo más importante es no enojarte con la gente que sí está, porque ellos son los que ¡sí vinieron! Con ellos, hay que estar agradecido y esto se les puede decir literalmente. Esto hace que se distiendan.

 

Ícono del Stand Up: Jim Carrey

 

Jim Carrey era solo un niño cuando comenzó en la comedia haciendo imitaciones y chistes físicos para entretener a su madre, que siempre estaba enferma. Carrey tiene un talento único para hacer caras graciosas, voces locas y movimientos imposibles. 

 

Sabe exagerar las características distintivas del estado de ánimo o carácter de una persona. Lo hace casi literalmente en la película “La Máscara”. Hay que ver a Carrey para saber de qué estamos hablando, porque el talento de él es humor físico. No se puede plasmar en papel. Es posible imaginar el espectáculo físico que él puede hacer a partir de ideas como: “El hombre que tiene un orgasmo inesperado” y “Un hombre guiado literalmente por su pene dentro de un bar”.

Algunos lo reducen al humor físico pero Carrey también logró hablar de cosas personales, como por ejemplo cómo fue crecer en un barrio pobre con su madre enferma, abandonados por su padre. 

Cuando dice que piensa en cosas insignificantes como «¿Qué pasaría si mis padres fueran al infierno?», se entiende que de algún modo le toca de cerca. También cuando describe un orgasmo como “Esas mini-vacaciones del dolor de la vida”.

Carrey fue muy innovador en su forma de hacer Stand Up, por ejemplo su manera de saludar al público (como si se hubiera vuelto loco recitando la misma frase mil veces), su hábito de dejar caer el micrófono, sus gritos (antes de que nadie más lo hiciera) y sus explosiones de enojo (sacándose la camisa y tirándola al público).

Su persona escénica es fuerte y simpática.

 

Probar material nuevo

  

1. ¿CÓMO PROBAR CHISTES NUEVOS?

 
Para dar una chance de verdad a los chistes nuevos, conviene que la gente esté riéndose porque cuesta decirlos con mucha confianza y actitud (no sabemos todavía si van a funcionar). Y como es importante ganar la confianza del público lo antes posible, no nos podemos arriesgar con material nuevo. 

Entonces hay que comenzar con chistes que ya funcionan para que los espectadores se rían y se relajen de entrada. Tampoco sirve presentar material nuevo al final porque siempre hay que irse de la mejor forma posible.

TIENES QUE MEZCLAR MATERIAL NUEVO CON YA PROBADO

 
El material nuevo tiene que ir entre material ya probado y en diferentes momentos del monólogo. Porque si no funciona, corremos el riesgo de perder al público. Hay que pensar en la actuación como una cuenta bancaria: conviene mantenerla en positivo durante toda la actuación. 

Si tres chistes generan risa, puede haber dos que fallan, pero con el tercero tiene que volver la risa. Si no, dejarán de escuchar. Por eso, en la parte que pruebes chistes nuevos, lo mejor es hacer tres chistes ya probados, dos chistes nuevos, tres chistes probados, etc. Así, das una chance a tus nuevos chistes.
 
Los chistes probados te dan una referencia también. Sabés cuánta risa generan en general; y si, por ejemplo, no se rieron mucho con tus chistes probados y tampoco con los nuevos, no podés saber si los chistes nuevos son buenos o malos. Fue una noche difícil en general.

UNA ANÉCDOTA DE Eddie Izzard

 
Para ilustrar ese punto, hay una anécdota de un juicio contra Eddie Izzard. Después de un show en el Madison Square Garden en Nueva York para 7000 personas, Izzard fue denunciado por varios espectadores porque decían que parte del mismo show ya la habían escuchado el año anterior en otro show de él. Se sintieron estafados. Izzard se defendió explicando al juez que siempre prepara su show nuevo probando partes en el show anterior, porque necesita probarlos de a poco con un público de verdad. El juez entendió el punto de vista de Izzard y también el delpúblico, y condenó a Izzard a una multa simbólica de un dólar.
 

2. ¿CÓMO SALIR ELEGANTEMENTE CUANDO UN CHISTE NO FUNCIONA?


Cuando probamos material nuevo, algunos chistes no funcionan. Cuando son muchos, la situación se puede volver muy incómoda. El público pierde la confianza en el comediante, se aburre y hasta puede dejar de prestar atención al comediante, y al show en su totalidad. Aunque cuente un buen chiste después, puede ser tarde. Entonces es importante mantener a la gente riéndose, aunque los chistes no funcionen. Existen varias formas de hacerlo.
 

REMATES SALVADORES

Una primera estrategia es usar remates salvadores. Son comentarios graciosos sobre el hecho de que un chiste no fue gracioso. Si funciona y la gente se ríe, no se decae el show. Este tipo de remates genera mucha complicidad con el público porque el comediante reconoce que el chiste no salió bien. Así muestra que está atento y que le preocupa cómo la está pasando el público.
 
El peligro de esos chistes es que pueden funcionar tan bien que algunos comediantes se confunden y arman su rutina en base a ellos. Algunos hasta llegan a construir toda una persona escénica basada en “el tipo que hace chistes malos y se la banca”. Es un error. Estos chistes solo están para ayudar a que el proceso de construir material sea menos doloroso. No son remates de verdad y no son originales. La mayoría de los comediantes usan los mismos.
 
Ejemplos de remates salvadores:
 
Estas respuestas se usan principalmente en los open mics, donde el público sabe que los comediantes están probando cosas nuevas.
~ “Sí, tienen razón, ese chiste es malísimo. Lástima que no me di cuenta antes”.
~ “Ok, este chiste se va, no lo voy a decir nunca más”.
~ “Yo también esperaba más de ese chiste”.
~ “Lo voy a mejorar”.
~ “A mí me gusta”.
~ “Por lo menos aprendieron algo, (no todo es un chiste)”.
~ “¿No? ¿No está bueno?”.
~ “El chiste es que no hay remate”.
~ “Lo que hubiera estado bueno es que allí vendiesen un buen remate para este chiste”, (cuando por ejemplo estás hablando de un local, bar o restaurante).
~ “Con otro público ese chiste funciona, pero se ve que ustedes son demasiado inteligentes/jóvenes”, (la idea acá es tirarle un cumplido al público).
 
Hay uno que funciona mucho cuando un comediante no es muy atractivo:
~ “Con otro público ese chiste funcionaría, pero se ve que ustedes están demasiado fascinados con mi facha”.
 

USAR EL SILENCIO

Cuando un chiste no funciona, el comediante se puede quedar parado, mirando fijamente al público, hasta generar tanta tensión que la gente se ría igual. Hay que tener bastante confianza para hacerlo (porque un segundo sin hablar en el escenario se siente como diez minutos fuera de este). No se puede repetir demasiadas veces. Es para hacerlo una o dos veces por show.
 

ERROR EN EL HABLA


Si te equivocaste al hablar, podés decir: “Ups, doblé mi lengua, vamos a rebobinar el tiempo” (se puede hacer el sonido). Y arrancás de vuelta con el chiste. Cuando me pasa a mí, en general digo: “Uy, dije mal el chiste y la cagué”. Casi siempre se ríen. Es otro ejemplo de que cuando algo sale mal, conviene simplemente reconocer lo que está pasando.
 

3. ¿DÓNDE PROBAR MATERIAL NUEVO DE STAND UP?


EN UN SHOW


Para que un chiste nuevo tenga una oportunidad real, lo mejor es que el público no sepa que el comediante está probando material, porque en este momento el público sale del rol de público normal y se pone en el papel de juez (en lugar de escuchar simplemente, se pregunta: «¿otras personas se reirían de eso?») o de hincha (te apoyan demasiado, o sea se ríen de absolutamente todo). Ninguno de los dos sirve.
 
Solo podemos probar un número limitado de chistes nuevos por show porque lo más importante siempre es hacer reír. No importa si es un open mic o un show profesional. Ese día el público conoce al comediante y va a decidir si es gracioso o no, aunque se aclare que es un show para probar material. Ya lo dijimos antes: para el público hay personas que son graciosas y otras no. Para ellos no existen libros ni cursos.
 

OPEN MIC


Cuando aún no tenés el nivel para actuar en un show profesional, el open mic es el espacio más cómodo para probar material y ganar práctica escénica. Algunos aspectos se deben tener en cuenta con respecto a los open mics. Lo primero es que muy pocos tienen público de verdad.
 
La mayoría cuenta con comediantes que también van a subir al escenario esa noche como espectadores. Con ellos, en general, pueden pasar dos cosas: o que le ponen mucha onda (demasiada) porque son amigos/as, compañeros/as, o no le ponen nada de onda porque ya nada los hace reír, por envidia, cansancio o porque van a subir y están repasando lo que ellos van a decir.
 
INCONVENIENTES

El segundo tema de los open mics es que muchos de ellos se realizan en restaurantes o bares. Si bien la considero como una experiencia que hay que pasar para ganar aprendizaje, allí no están dadas las condiciones para un show.
 
Más allá de que el lugar no estará armado como un club de comedia (con respecto a sonido, luces, escenario, ruidos molestos, etc.), los comensales que van a cenar serán tu público y, en la mayoría de los casos, ni siquiera saben que van a encontrarse con un show de humor.
 
Puede pasar que ellos quieren charlar con quienes hayan ido y que no te presten atención, charlen encima, o hasta que te pidan que te calles. Con lo cual, si tu chiste no funciona, no necesariamente hay que desecharlo o modificarlo porque no es un público genuino. Generalmente, te prestarán atención las mesas que estén más cerca del escenario, quedate con ellas, hacé contacto visual y olvidate de las mesas de atrás.
 

AMIGOS


Se puede probar material en el día a día, por ejemplo, con amigos. Lo importante es que el comediante no diga que está probando chistes para su show, porque esto hace que se pongan muy exigentes. No se van a reír. Van a decir si está bueno o no.
 
Ese comentario no sirve. En cambio, si el chiste los sorprende y los hace reír espontáneamente, entonces funciona.
 
Cuando los amigos no se ríen, tampoco significa que el chiste no sea bueno. No están dadas las circunstancias de un show de Stand Up donde se genera un clima íntimo sin distracciones. Y también pasa lo contrario, se ríen con historias y anécdotas que no causan gracia a un público desconocido.
 

FAMILIA

 
¡No actúes para tu familia! Lo van a pedir, ¡sabelo! Es un error que comete la mayoría de los comediantes novatos. La familia se entera de que hacés Stand Up y quieren un show exclusivo. ¡No lo hagas! Ni con material nuevo ni probado. No importa cuánto te lo pidan, cuánto supliquen. Yo cometí el error… ¡tres veces!
 
Siempre fue un desastre. Tu familia te conoce de una forma demasiado particular para que los hagas reír con tu material escrito para un público desconocido. Lo único que podría funcionar es un material específicamente para ellos, riéndote de ellos o de cosas que pasaron en la familia.

Superar el miedo escénico

Todos tenemos miedo y nos ponemos nerviosos antes de subir al escenario. Con el tiempo y la experiencia, va disminuyendo pero nunca desaparece del todo. Entonces lo mejor es aceptar y abrazar el miedo y los nervios porque siempre van a estar. Tratar de luchar contra ellos solo los potencia.

Tener miedo de hablar en público es lo más normal del mundo. ¡Hay gente que le teme más a hablar en público que a la muerte! Y eso es solo para hablar, ni siquiera para hacer reír. El lema de todos los comediantes tiene que ser: “¡Tengo miedo pero lo hago igual!”.

 

Todos tenemos miedo

Acá vale mencionar al comediante estadounidense Mitch Hedberg. Él siempre sufrió de pánico escénico. A veces cerraba sus ojos mientras actuaba. Es más, muchas veces usaba anteojos de sol y tenía el pelo sobre los ojos, hasta se ponía de espaldas al público, de a ratos. Tenía miedo pero lo hacía igual. Su forma poco convencional de actuar y la forma de hablar y decir los chistes contribuyeron a su estilo único, que muchos trataron de copiar después de él.

La función positiva del miedo 

Para manejar el miedo colabora saber en qué te ayuda. Es útil porque ¡te hace rendir mejor! El miedo ayuda a enfocarse en la tarea, estar concentrado al cien por ciento, presente en el momento y atento a todo lo que pase alrededor. Y ese sentimiento de estar presente en el momento es una de las razones por las que disfrutamos tanto hacer Stand Up, junto con la adrenalina de hacer algo arriesgado que puede salir genial o pésimo.

Si tuvieras aseguradas las risas… ¿Qué pasaría? Subirías al escenario sabiendo que se van a reír y en qué momento. ¿Cuánto tiempo pasará antes de que te aburras? Muy poco. Hacer reír se volvería algo previsible y es eso justamente lo que no les gusta a los comediantes: la rutina. Necesitan adrenalina para sentirse vivos. ¿Está mal? Nada es bueno o malo en sí. Mientras no hagas daño a nadie, y además lo transformes en algo creativo, está genial.

Los comediantes más miedosos son los que más hacen reír

En general los comediantes más miedosos son los que más hacen reír porque están muy preocupados por la reacción del público y les interesa mucho lo que piensan de ellos. Tal vez sea una desventaja en la vida cotidiana, pero en el escenario es una calidad. La gente a quien le importa poco cómo la pasa el público no registra sus reacciones, está en su propio mundo y solo le preocupa su propia diversión. No quiere decir que solo hay que hacer cosas que diviertan al público. Un comediante tiene que encontrar material que los divierta al público y a él al mismo tiempo.


Relativizar para reducir el miedo

El miedo se reduce entendiendo y sabiendo que:

~ Para hacer Stand Up se necesita coraje. Si no tuvieras miedo, no necesitarías coraje.

~ Con cada función el miedo va disminuyendo. Puede volver a subir un poco después de una mala función, pero a la largo, baja (yo tuve miedo una semana antes de subir por primera vez a un escenario. No podía pensar en otra cosa, no podía trabajar, no funcionaba. Fui un caso extremo, pero hoy en día solo me pongo nervioso dos minutos antes de subir).

~ Si te va mal, te conviene mantener la calma, la vida sigue igual. Pensá que aunque hayas actuado para una sala llena, no es nada comparado a la gente que te irá a ver durante toda tu carrera. Fijate por qué falló y te irá mejor la próxima.

~ El miedo y los nervios pueden ser positivos: pueden ser el tema de los primeros chistes.

~ Los nervios dan energía. Tal vez no puedas dormir la noche anterior a tu primer show y pensarás en mil cosas, pero no sentirás cansancio hasta después del show.

~ La mayoría de tus nervios no se perciben (aunque sea difícil de creer). El público no puede ver las mariposas en tu estómago. No pueden ver tus manos transpiradas. Si te preocupa que se te vea la transpiración en las axilas, podés usar un pulóver o saco. Si tus manos tiemblan, podés agarrar el pie del micrófono. Lo único que el público ve es excitación, comunicación alegre. Y si te tiembla la voz, lo mejor es hacer chistes con eso.

~ Tu rol como comediante es entretener y no ser perfecto. Podés lograr risas cuando tus chistes funcionan y también cuando no funcionan. No dejés que la exigencia te impida subirte al escenario y cumplir tus sueños.

Consejos prácticos para reducir el miedo

Para manejar el miedo, ayuda:

~ Respirar profundo.

~ Poner el cuerpo en una posición erguida para sentir seguridad y decir frases de confianza (tipo mantras) para que el cuerpo se levante. El cuerpo sigue a la mente y la mente sigue al cuerpo.

~ Preguntarte: «¿Qué es lo peor que me puede pasar?». Lo peor que te puede pasar es que nadie se ría… ¡Aceptalo! Te va a pasar y te va a seguir pasando. Les sigue pasando a los mejores comediantes (obviamente, bastante menos), entonces ¿cómo no te va a pasar a vos?

~ Tener un plan si va mal. Saber que tu vida va a seguir igual. ¿Qué vas a hacer si te va mal? Subir otra vez y probar nuevamente. Está el famoso video de Michael Jordan que explica cuántos tiros falló en su carrera: miles. El fracaso es parte del éxito. Es así en deportes y en la comedia, y en la vida.

~ Enfocarte en el público y lo que tenés para decir en lugar de concentrarte en vos mismo y tus nervios. Lo disfrutarás mucho más. El cerebro no puede pensar en todo al mismo tiempo así que obligalo a enfocarse en lo que tenés para decir. Cuando estás demasiado focalizado en vos mismo, el público lo sentirá y habrá desconexión.

Resumen sobre actuación en Stand Up

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